La periodista y escritora Naomi Klein planteo que “la normalidad ya era la crisis” esto al referirse a la crisis del coronavirus y la situación de aislamiento que vive gran parte del planeta que. En un encuentro realizado a través de Youtube dijo que la crisis es una oportunidad para intercambiar estrategias a favor de los pueblos.
La autora del libro “la doctrina del shock” explica que antes de la pandemia el mundo ya vivía sumergido en crisis. Puso como ejemplo las catástrofes forestales ocurridas recientemente en Australia, california y las amazonas. Klein considera que esta crisis sociosanitaria debe ser el comienzo de movimientos y protestas incluso virtuales, las cuales lleven a producir cambios que permitan alcanzar la seguridad mediante la lucha.
Definitivamente, el mundo como lo conocimos antes de la pandemia no puede ser definido como normal. Situaciones como desigualdad, mala distribución de riquezas, contaminación, la escasez, explotación desmedida de los recursos naturales, entre otras, son todavía comunes en una época de tanto desarrollo.
No debería ser normal que los “más influyente” sean, quienes promueven el consumismo y los antivalores. Nunca debimos normalizar los políticos mentirosos que solo sirven para agrandar la brecha de desigualdad e injusticia.
Son muchas las anormalidades con las que convivimos. Si lo analizáramos desde la ética, la moral o el cristianismo, eso haría inmensa la lista de cosas dañinas que la sociedad ha normalizado.
Si analizamos aspectos como medio ambiente, sistemas sanitarios e igualdad social, que son elementos esenciales para la vida, vemos que mundialmente vienen atravesando grandes dificultades. En este análisis vamos a centrarnos solo en dos aspectos, medio ambiente y paz social.
En ese estado que erróneamente denominamos “la normalidad”, hace cinco meses teníamos manifestaciones en los cinco continentes a la misma vez. Con tanto impacto que La vanguardia los llego a catalogar como “El virus de la protestas”.
Países como República Dominicana, Bolivia, Chile, Hong Kong, Argelia, Catalunya, Georgia, Guinea, Irak, Irán, Líbano, Reino Unido, Colombia, Ecuador, Francia, Puerto Rico. Entre muchos otros en que la ciudadanía se lleno de valor, se organizó en grandes masas y decidieron que era tiempo de exigir cambios.
En algunos casos como Puerto Rico y Bolivia exigieron la dimisión de su principal autoridad. Más de uno de estos países se vio paralizado por el alcance de las protestas en las que llegaron a producirse, como en los caso de Irán y Colombia, víctimas mortales.
En la actualidad son muchas las naciones en que la mayoría no se siente representada por las desiciones de los gobernantes que ellos mismos han escogido. Los manifestantes, sobre todo jóvenes, protestan entre otras cosas contra la corrupción, las graves carencias en los servicios públicos, la falta de empleo y medidas fiscales.
No es casualidad que pueblos tan distintos tengan casi los mismos males y los manifiesten de la misma forma y al mismo tiempo. Guardando las diferencias claro.
Todas estas protestas tienen en común que iniciaron como pequeños movimientos con un malestar en específico y en pocos días crearon olas tan grandes que las protestas se extendieron por meses.
Otro aspecto que ha alcanzado especial connotación es el medio ambiente y los constantes cambios de clima que se vienen presentando hace décadas. Cambios que han tenido como principal causa la actividad humana.
Las anormalidades en el clima dejan ver la poca normalidad en la que habitamos. Entre estas podemos mencionar las citadas en el informe publicado el pasado 10 de marzo del 2020, por científicos de la organización meteorológica mundial: aumento del nivel del mar, daño a los océanos e incendios forestales.
Según el informe, el 2019 tiene el record de haber sido el segundo año con las temperaturas más cálidas desde que se tienen registros, siendo esto una confirmación de que el calentamiento se está empeorando. El informe también destaca el declive en que se encuentra el hielo del ártico, la capa de hielo de Groenlandia y los glaciares.
En el caso de Australia el calentamiento global ocasionó que las sequías y los incendios fueran más severos y frecuentes. Por ejemplo, luego de los devastadores incendios iniciados en octubre, se registraron tornados, tormentas de arena y lluvia de granizo, todos a la vez.
Pareciera que al día de hoy nuestro único problema es la pandemia, sin embargo hace menos de 5 meses, jóvenes de todo el mundo gritaban “cambiemos o perderemos el mundo”. Esto como una forma de presionar a los líderes mundiales a crear políticas a favor del medio ambiente y los recursos naturales.
“Lo esperado es que el coronavirus tenga un impacto acotado en el tiempo, mientras que los efectos del cambio climático son constantes y para décadas”, dijo Antonio Guterres secretario general de las naciones unidas en la presentación del informe. Además, pidió a los países que “no se distraigan en la lucha contra el calentamiento y la desigualdad”
Con el paso de la pandemia tendremos que regresar a la rutina, esto sin olvidar que el sistema en que vivimos es desigual con la gran mayoría y que males como la corrupción y el calentamiento global son peores que el virus, con la diferencia de que ya han dejado de ser novedad y se han convertido en nuestro diario vivir.
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